Viernes 27 de diciembre, Festividad de San Juan Evangelista

     Mañana día 27 de diciembre, a las 19 horas en la Iglesia de San Juan se va a celebrar una misa por El Grupo Joven de nuestra Cofradía, celebrando así la festividad de San Juan Evangelista, patrón de la Juventud Cofrade. Os recordamos que San Juan Evangelista, es el primer titular de Nuestra Hermandad, y en torno a él se formó la actual Cofradía.

     Desde este blog, invitamos a todos los hermanos de nuestra Hermandad, a todas las Cofradías de nuestra diócesis, y feligreses de nuestra parroquia, y en especial a todos los Grupos Jóvenes, a participar en este acto.

     El Apóstol San Juan era natural de Betsaida, ciudad de Galilea, en la ribera del norte del mar de Tiberiades. Sus padres eran Zebedeo y Salomé (hermana de la Virgen María) y su hermano, Santiago el Mayor, formaban una familia acomodada de pescadores que, al conocer al Señor, no dudan de ponerse a su total disposición Juan y Santiago, en respuesta a la llamada de Jesús, dejando a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros le siguieron. Salomé, la madre, siguió también a Jesús, sirviendole con sus bienes en Galilea y Jerusalén, y acompañándole hasta el Calvario.

     Juan había sido discípulo del Bautista, cuando éste estaba en el Jordán, hasta que un día pasó Jesús cerca y el Precursor le señaló. He ahí el Cordero de Dios. Al oír esto fueron tras el Señor y pasaron con Él aquel día. Nunca olvidó San Juan este encuentro. Nunca hablo que lo que aquel día habló con el Maestro. Solo sabemos que desde entonces no le abandonó jamas, cuando ya anciano escribe su Evangelio, no deja de anotar la hora en la que se produjo el encuentro con Jesús. Era alrededor de la hora décima, las cuatro de la tarde.

     Volvió a su casa en Betsaida, al trabajo de la pesca. Poco después, el Señor, tras haberle preparado desde aquel encuentro, le llama definitivamente a formar parte del grupo de los Doce. San Juan era, con mucho el mas joven de los Apóstoles, no tendría aun veinte años cuando correspondió a la llamada del Señor, y lo hizo con el corazón entero, con una amor indiviso, exclusivo.

     Toda la vida de San Juan estuvo centrada e su Señor y Maestro, en su fidelidad a Jesús encontró el sentido de su vida. Ninguna resistencia opuso a la llamada, y supo estar en el Calvario, cuando todos los demás habían desaparecido. 

     Así ha de ser nuestra vida, pues, aunque el Señor hace llamamientos especiales, toda su predicación tiene algo que comporta una oración, una invitación a seguirle como San Juan le siguió.